El clásico universitario 145, jugado en el estadio nacional el 12 de Octubre de 2002, marca un antes y un después en la relación de Cristián Álvarez con la hinchada cruzada.
Con el marcador igualado a un tanto y con más de veinte minutos por delante para el pitazo final, el zaguero cometió una falta penal a Mauricio Pinilla, quién al caer golpeó accidentalmente al meta Johnny Walker, el que debió ser retirado del campo. Ya sin cambios disponibles alguien debía ubicarse bajo los tres tubos para hacer frente al disparo desde los doce pasos y al resto del partido.
Álvarez se puso los guantes, una camiseta dos tallas más grandes perteneciente al portero suplente y se dispuso a hacer frente a Pedro “Heidi” González. Luego de conversarlo con sus compañeros más experimentados y con el árbitro Carlos Chandía como testigo, su decisión fue lanzarse hacia la izquierda.
Tras el pitazo, González corrió en dirección al balón y le pegó hacia la izquierda, ahí comenzó la epopeya que luego se transformó en leyenda, un romance eterno entre el niño que llegó desde Curicó y la hinchada de los cruzados caballeros.
Esto es VAR, vamos a recordar.
J.C. VERGARA
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